sábado, 7 de marzo de 2009

EDURNE ES MACARENA (Relato) por Mª Ángeles Cantalapiedra



… Era febrero aún y sin embargo tenía la sensación de estar en una tierna primavera tan chica que no dejaba de regocijarme en ella. De vez en cuando cerraba los ojos para atrapar esas sensaciones y grabarlas en algún pasaje para no perderlas. En esto estaba cuando apareció Edurne.

"Edurne significa nieve, pureza, blancura. Lo que se entendería como pura y blanca como la nieve"… No lleva esmeraldas en su pecho como la Macarena, pero en su rostro tiene colgados dos mansos océanos con los que percibes la quietud de quien vive en armonía.

Su gesto es tímido, incluso paciente, esperando con una sonrisa que tu voz la decore.

Blanca piel, gesto humilde, es un trasluz en una mañana templada. Recorriendo plazas, callejuelas y hasta un mercado que huele a la gloria de quien conserva su raigambre… Y al lado, ella, con paso diminuto aunque firme.

Es como tener un silbido dulce pegado a tu oreja y un vientecillo fresco y puro que hace mayor tu gozo.
Deleite en una mañana de tierna primavera en la que crees que merece la pena fundirte en la vida y beberla a sorbos pequeños, pero sin dejar ni una gota.

Sí, Edurne es Macarena, ambas fundidas en un solo ser que te hacen llegar a las entrañas y emerger con nueva savia.

Sí, Edurne es Macarena tan dulce y bella como esa tierra donde expande sus raíces.

… ¡Lástima!, que Edurne sea el fantasma de la mujer que tanto amé; cada febrero, en el aniversario de su muerte, vuelve para que no la olvide.
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